Esta obra se centra en el papel que desempeñó España durante la guerra de Argelia desde una nueva perspectiva de la historia diplomática. Muestra cómo la implicación de España, hasta ahora poco conocida, fue una etapa crucial para la internacionalización del conflicto.

Los españoles, ya fueran franquistas o republicanos, desempeñaron un papel clave en la historia mediterránea al contribuir a la difuminación de las fronteras durante la conflagración argelina.

Desde la Edad Media, la península ibérica ha estado vinculada con el norte de África, convirtiéndose en un centro clave tanto para los muyahidines argelinos como para los marroquíes y tunecinos.

Tras la independencia de los protectorados, España, desilusionada por la pérdida de su joya más preciada, el imperio jerifiano, dejó de apoyar a los nacionalistas magrebíes y volvió su atención hacia Francia.

Gracias a fuentes españolas, francesas, argelinas y estadounidenses, este estudio revela el alcance de la posición española en la guerra de Argelia, con la guerra fría como telón de fondo. La descolonización del sur del Mediterráneo es sin duda la cuestión central de esta investigación, así como sus consecuencias geopolíticas para Francia, España, Marruecos, Argelia, Estados Unidos y la URSS, quienes fueron aliados, enemigos y rivales sucesivamente, según los cada vez más cambiantes contextos del siglo XX.

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