Descubrir que es posible caminar por calles vírgenes en uno de los pueblos más afectados por el turismo de masas; que dentro de la misma ciudad de Barcelona hay barrios que parecen pueblos rurales alejados de la capital; que un temporal malo que golpeó duramente a la agricultura ha sido capaz de crear una reserva natural de valor inigualable; que en el Delta del Ebro se puede ir a caminar y no solo a pedalear, descubriendo medio centenar de surgencias de agua dulce que vienen de lejos y que una vez al año se llenan de hermosos nenúfares; que en la Conca de Barberà hay unos callejones judíos desconocidos y que se puede pasar por la calle más estrecha del país… Si tenías alguna precaución de que las rutas de este libro sean realmente inéditas, se desvanecerá en cuanto empieces a caminar y compruebes que todavía hay excursiones que no sabías que existían y que dan una perspectiva diferente de un territorio ya tan explorado.

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