El origen del nombre de Extremadura está estrechamente ligado a su historia y geografía. El nombre «Extremadura» proviene de las palabras latinas «extrema» y «dura», que significa «tierras extremas» o «tierras duras».

Esta denominación se debe a la ubicación geográfica de esta región en el suroeste de la península ibérica, en una posición fronteriza y periférica. Extremadura limita al oeste con Portugal, al norte con Castilla y León, al este con Castilla-La Mancha y al sur con Andalucía.

La historia de Extremadura se remonta a tiempos antiguos, cuando estaba habitada por diferentes pueblos y civilizaciones. Entre ellos se encuentran los celtas, íberos, romanos, visigodos y árabes, quienes dejaron su huella en la región.

La región de Extremadura se divide en diferentes comarcas, que a su vez están compuestas por ciudades, villas, pueblos y ríos. Algunas de las comarcas más destacadas son La Serena, Las Vegas Altas, Las Vegas Bajas, Tierra de Barros, La Siberia, Las Hurdes, Valle del Jerte y La Vera.

Extremadura cuenta con numerosas ciudades y villas con una rica historia y patrimonio cultural. Algunas de las ciudades más importantes son Mérida, Cáceres, Badajoz, Plasencia y Trujillo. Estas ciudades albergan monumentos y vestigios de las diferentes civilizaciones que han pasado por la región.

Los pueblos de Extremadura también tienen un encanto especial, con su arquitectura tradicional y su entorno rural. Algunos de los pueblos más pintorescos son Guadalupe, Alcántara, Olivenza, Hervás y Valencia de Alcántara.

Los ríos también juegan un papel importante en la geografía de Extremadura. El río Tajo y el río Guadiana son dos de los principales ríos que atraviesan la región. Estos ríos han sido fuente de vida y recursos a lo largo de la historia.

En resumen, Extremadura es una región con un nombre que refleja su ubicación geográfica y su historia. Sus comarcas, ciudades, villas, pueblos y ríos añaden diversidad y riqueza a esta tierra de contrastes.

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