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EL VERANO QUE APRENDIMOS A VOLAR
Asier es un enigma. Atractivo, irreverente y descarado, se desempeña como profesor de tenis en un camping de la sierra de Madrid durante el verano. Este lugar se convierte en su refugio, donde puede escapar de una realidad que le ha dado la espalda en el pasado.
Lara, por otro lado, llega al camping para trabajar como recepcionista. No tiene ni idea de la tormenta de aire caliente que se avecina en su interior. Cuando la brisa fresca, ligera y juguetona que rodea a Asier choca con ella, desata un deseo adictivo entre ambos.
Asier y Lara comienzan a volar juntos, sin alas y sin detenerse a pensar en lo que sucederá una vez que termine la temporada estival en el camping. A pesar de esto, no pueden evitar desear que su amor perdure más allá del fin del verano.
¿Serán capaces de superar todos los obstáculos que se interponen en su camino y que parecen indicar que su amor no será más que un amor de verano?
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LA LOCURA DE SALTAR CONTIGO
Una boda. Un Porsche aparcado en una calle oscura, un montón de chupitos.
El hombre con el que no debía acostarme, el mejor amigo del novio.
El dueño de unos ojos verdes que hablaban más que su irresistible boca, el que iba impecablemente vestido con un traje gris y una camisa blanca almidonada.
El mejor hombre con el que he estado en la cama, el socio más joven de su despacho de abogados.
Una locura. Las huellas de mis uñas en el salpicadero de su coche como prueba.
Él era inalcanzable, un problema de los grandes.
Yo estaba rota.
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SIEMPRE NOSOTROS. LA FUERZA DE LOS ELEMENTOS II
John, el hombre que hay detrás de esos deslumbrantes ojos azules, infinitos como el cielo, siempre estará en mi corazón. Fue una decisión valiente aceptar vivir como una nómada, en todas partes y en ningún sitio. Dubái, Berlín, Tinduf… lugares que nunca imaginé conocer. Pero nunca supe lo complicado que sería.
No tenía idea de dónde me estaba metiendo ni me preocupé por averiguarlo. Mi única preocupación era estar con él, alejados del dinero, el estatus social y las viviendas de lujo. Descubrí que había un mundo de colores esperando que lo explorara más allá de mi burbuja. Sin embargo, el mundo me superó.
El destino que nos unió también acabó con todo lo que habíamos construido juntos. Pero siempre tendré la certeza de que estaré enamorada de él. Nada puede cambiar ese sentimiento.
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