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Algunas personas, como los anancásticos, eligen refugiarse en la tranquilidad prematura y esforzada de lo previsto y controlable en lugar de arriesgarse a decidir libremente sobre su vida y ser felices en esa aventura. Otros se empeñan en la inacabable perfección del deber cumplido.

Se les suele llamar «obsesivos», «perfeccionistas», «cuadriculados» o «rígidos», resaltando así algunos de sus rasgos más característicos. Estudios sugieren que una de cada tres personas en la cultura occidental tiene el perfeccionismo como rasgo de personalidad, aunque solo un 2% sufre un trastorno de personalidad. Esta personalidad puede generar ansiedad y estrés, resultando paradójico que una personalidad eficaz se vuelva disfuncional en el trabajo y relaciones interpersonales, predisponiendo a ansiedad y depresión crónicas.

En estas páginas se presentan estrategias eficaces tanto para terapeutas como para personas anancásticas, que les ayudarán a disfrutar de la felicidad y libertad que anhelan.

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