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ACCIO DIRECTA: CRONICA POLITICA D UNA LLUITA ARMADA (edición en catalán)
De Tolosa a París, pasando por Barcelona, la breve pero intensa historia de Acción Directa es un constante ir y venir de expropiaciones, persecuciones, servicios secretos, luchas en las cárceles, ocupaciones masivas, tiroteos… Una historia real de guerrilla que no tiene nada que envidiar a los clásicos de la acción. Es la experiencia de Mayo del 68, unida a las luchas de los movimientos autónomos, de los sin papeles, de las revoluciones del Tercer Mundo, de un proletariado precario que no se quiere rendir y un hilo rojo que no han logrado cortar.
Mucho más que la crónica de un grupo armado, es el relato de una generación, de un momento político. Un relato de la mano de quien no solo fue protagonista sino uno de sus cronistas por excelencia, la pluma mordaz de Jann-Marc Rouillan no entiende de renuncias ni admite segundas interpretaciones.
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DE MEMORIA III: LA BREVE ETAPA DE LOS GARI: TOULOUSE 1974
Desde el atardecer del tiroteo en el metro de Girona en Barcelona, no habíamos tomado ninguna pausa. Solo realizamos una rápida incursión en el piso de la calle Mare de Déu del Coll para recoger tres o cuatro bolsas de armas y explosivos. Luego, emprendimos el camino hacia nuestro próximo objetivo.
La tensión era palpable a medida que avanzábamos. Nuestro objetivo era claro: llevar a cabo una misión que dejaría una huella imborrable en la ciudad. Sabíamos que el éxito de esta operación dependía de nuestra preparación y coordinación.
Las calles estaban tranquilas esa noche, pero podíamos sentir el latido acelerado de nuestras propias emociones. Caminábamos en silencio, con la determinación de cumplir nuestro cometido. Cada uno de nosotros estaba consciente del riesgo y dispuesto a enfrentarlo.
Finalmente, llegamos al lugar designado. Era un edificio imponente, con luces brillantes que resaltaban su majestuosidad. Nos acercamos sigilosamente, sabiendo que cada paso nos acercaba más a la meta.
Una vez dentro, nos distribuimos estratégicamente. Cada uno de nosotros tenía un papel crucial en esta operación. Los nervios estaban a flor de piel, pero la confianza en nuestras habilidades nos mantenía enfocados.
En el momento preciso, iniciamos la acción. La adrenalina se apoderó de nosotros mientras desplegábamos nuestras armas y explosivos. No había margen para el error. Cada movimiento debía ser preciso y rápido.
El caos se desató en ese momento. Sonidos ensordecedores, destellos de luz y la sensación de que estábamos en medio de un torbellino. Mientras avanzábamos, la certeza de que nuestra misión estaba cerca de su cumplimiento nos impulsaba.
Finalmente, logramos nuestro objetivo. La explosión resonó en todo el lugar, dejando un rastro de destrucción y caos. Nuestra misión estaba completa, pero el trabajo no había terminado.
Con la misma velocidad y sigilo con la que llegamos, nos dispersamos. Cada uno de nosotros sabía cuál era su siguiente paso. No había tiempo para celebrar, solo para seguir adelante.
Desde aquel atardecer en el metro de Girona en Barcelona, no habíamos tenido un momento de descanso. Pero estábamos dispuestos a seguir adelante, dispuestos a hacer lo que fuera necesario para alcanzar nuestros objetivos.
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