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EL PRÍNCIPE Y LA PASTELERA
Érase una vez en el reino de Wessco, un príncipe heredero llamado Nicholas Pembrook, conocido por su imponente físico. Encantador, atractivo y poseedor de una gran fortuna, este príncipe tenía el mundo a sus pies, literalmente.
Por otro lado, estaba Olivia Hammond, una sencilla pastelera de Nueva York. Hermosa, trabajadora y sin ninguna tolerancia para hombres arrogantes.
Una noche de tormenta en Manhattan, el destino cruzó los caminos de Nicholas y Olivia, resultando en un curioso encuentro donde ella terminó arrojándole un pastel en la cara al príncipe.
A pesar de que Olivia no esperaba volver a ver a Nicholas, este quedó encantado con ella y decidió conquistarla, sin importar los obstáculos que se interpusieran en su camino.
Poco a poco, Olivia descubrirá que detrás de la fachada de sonrisas del príncipe se esconde un gran corazón, pero en este mundo real no hay hadas madrinas que intervengan, sino una reina orgullosa que no permitirá que una plebeya se acerque al trono o a su príncipe.
Así, Nicholas y Olivia se verán enfrentados a la pregunta inevitable: ¿amor o deber?
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ROYALLY SCREWED (edición en inglés)
Nicholas Arthur Frederick Edward Pembrook, Príncipe Coronado de Wessco, también conocido como Su Majestuosa Ardiente, es encantadoramente malicioso, devastadoramente guapo y desvergonzadamente arrogante; difícil no serlo cuando la gente se inclina constantemente ante ti.
Entonces, en una noche nevada en Manhattan, el príncipe conoce a una belleza de cabello oscuro que no se inclina. En cambio, le lanza un pastel en la cara.
Nicholas quiere descubrir si ella sabe tan bien como su pastel, y este heredero aparente está acostumbrado a conseguir lo que quiere.
Salir con un príncipe no es lo que la camarera Olivia Hammond nunca imaginó que sería.
Hay una reina desaprobadora, un heredero suplente extremadamente inapropiado, paparazzi implacables y un brutal escrutinio público. Aunque han cambiado los carruajes de caballos por Rolls Royces y no han decapitado a nadie últimamente, la realeza está lejos de aceptar a esta plebeya.
Pero para Olivia, Nicholas lo vale.
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