En su obra «Vida veneciana», Howells nos sumerge en sus recuerdos de los dos años que vivió en Venecia como miembro del cuerpo diplomático estadounidense en la segunda mitad del siglo XIX. Según Henry James, Howells se destaca como uno de los escritores más encantadores de Estados Unidos, gracias a su agudeza y vivacidad como observador, y como un viajero sentimental que nos guía por los rincones menos conocidos pero más cotidianos de la ciudad de los canales.

Aunque los gloriosos años de la Serenísima República han quedado atrás y la ciudad, bajo el dominio austríaco, ha perdido parte de su brillo y poder, aún existen numerosos rincones y anécdotas que revelan una vida llena de pasión y belleza. Howells impregna el libro con un tono poético y nos presenta personajes anónimos que forman parte de la vida cotidiana de la ciudad.

Como un observador incansable y detallista, Howells llama nuestra atención hacia las pequeñas cosas que conforman el día a día de una ciudad que se niega a olvidar lo que hace que la vida sea agradable. Según Henry James, Howells está a la altura de Hawthorne y logra que la literatura sea una parte fascinante de nuestras vidas.

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