El año 2014 será siempre recordado en Ucrania, tanto en su historia general como en la historia personal de sus aproximadamente cuarenta y cinco millones de ciudadanos. En muy poco tiempo, han experimentado una serie de cambios que han tenido efectos profundos en sus vidas.

Todo comenzó con la revolución de la plaza Euromaidán, un movimiento que marcó un antes y un después en el país. El presidente Víktor Yanukóvich se vio obligado a dimitir y huir a Rusia, dejando un vacío de poder que fue ocupado por el presidente interino Oleksandr Turchínov.

En medio de esta crisis política, se produjo la invasión de la península de Crimea por parte del presidente ruso Vladímir Putin. Este territorio, que en 1954 había sido cedido por la entonces URSS a Ucrania, se convirtió en escenario de tensiones y conflictos.

Además, surgieron movimientos separatistas en las regiones de Lugansk y Donetsk, lo que complicó aún más la situación en el país. Sin embargo, en mayo se celebraron nuevas elecciones y el pueblo ucraniano eligió a Petró Poroshenko como su nuevo presidente constitucional.

La tensión entre Rusia y Ucrania se intensificó, especialmente después de la trágica muerte de casi 300 personas en el derribo de un avión de Malaysia Airlines sobre Crimea. Este suceso dejó al descubierto las profundas divisiones y conflictos que existían en la región.

En este contexto histórico tan complejo, el periodista José-Miguel Vila ha escrito un libro oportuno y valioso. Gracias a su habilidad para adentrarse en el corazón de Ucrania, ha logrado brindarnos una visión única y profunda de estos acontecimientos. Su obra es una muestra de su talento excepcional como periodista y de su capacidad para entender y transmitir la complejidad de un país en momentos de crisis.

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