La población de Gran Bretaña fue movilizada para apoyar el esfuerzo de guerra en una escala nunca antes vista en ninguna otra democracia occidental, ni siquiera en la Alemania nazi. Soportaron largas jornadas de trabajo, escasez de alimentos y otros bienes, y un control gubernamental completo de sus vidas diarias. La mayoría de los hombres y mujeres fueron reclutados o se ofrecieron como voluntarios para tareas adicionales fuera de su horario laboral formal. Bajo los bombardeos aéreos que destruyeron los centros de muchas ciudades y dejaron sin hogar a aproximadamente 2 millones de personas, más de 60,000 civiles perdieron la vida y 86,000 resultaron gravemente heridos. Esta fascinante síntesis ilustrada de la vida en tiempos de guerra y las organizaciones que sirvieron en el frente interno es un testimonio impactante de resistencia y sacrificio.

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