Paolo Fabbri es reconocido como uno de los semiólogos más destacados de Italia, después de Umberto Eco, con una presencia destacada en la escena internacional de la semiótica. Este libro, posiblemente el primero atribuido a Fabbri, refleja su proyecto intelectual, influenciado por diversas corrientes.

Entre las influencias que marcan su trabajo, destaca la de Umberto Eco. Temas como el secreto, el complot, la paradoja y la interpretación indefinida recorren la obra tanto semiótica como ficcional de Eco, influyendo en la visión de Fabbri.

Asimismo, la influencia de Erving Goffman se hace evidente en el interés compartido por las dinámicas sociales y la exploración de la complejidad de las situaciones cotidianas. La fascinación por la naturaleza paranoica del actor social también es un punto en común entre ambos.

Algirdas Julien Greimas también deja su huella en el trabajo de Fabbri, especialmente en la utilización de modelos para el análisis de diferentes temas. Aunque Fabbri emplea herramientas proporcionadas por Greimas para abordar problemas específicos, su enfoque dista del carácter enciclopédico y escolástico del pensamiento de Greimas.

Finalmente, la adopción de la pragmática lingüística en una etapa posterior de su desarrollo intelectual marca un giro en la obra de Fabbri, ofreciendo una perspectiva única que se distingue por su enfoque innovador.

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