El libro que presentamos aborda el tema del racismo en todas sus formas, pero se centra especialmente en un tipo de racismo más sutil y complejo: el racismo elegante. Aunque el racismo biológico ha sido ampliamente rechazado y desacreditado, este libro busca poner de manifiesto la existencia de una concepción racista basada en razas culturales o históricas.

Este enfoque, principalmente desarrollado en Francia, sostiene que las diferencias entre las naciones no se limitan únicamente a cuestiones biológicas, sino que también están influenciadas por aspectos espirituales y civilizatorios. Estas nociones espirituales o civilizatorias se convierten en el fundamento de la diversidad reconocida en las naciones.

Paradójicamente, este racismo elegante se presenta como una forma de antirracismo, argumentando que su objetivo es mantener el dominio de los pueblos extraeuropeos. Sin embargo, también se puede observar una dimensión interna en el occidente, ya que se utiliza para organizar jerárquicamente a las naciones occidentales y limitar la influencia de posibles competidores.

En contraposición a estas ideas, la antropología de Fernando Ortiz propone la transculturación, mientras que Claude Lévi-Strauss aboga por una vigilancia constante de los principios cognitivos que organizan la jerarquía.

Este libro se adentra en las paradojas que rodean el multiculturalismo, mostrando cómo, en ocasiones, puede convertirse en una trampa cultural neorracista. Se trata de una obra deconstructiva sobre las «razas culturales», escrita desde la perspectiva poscolonial.

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