Nos encontramos ante otra obra fundamental de la literatura erótica occidental, y no es sorprendente que su autor sea precisamente el gran pensador, poeta y novelista francés, Georges Bataille. En «Mi madre», Bataille nos relata la gradual corrupción de un joven de diecisiete años por su propia madre, siguiendo la estela de su anterior obra «Historia del ojo», donde narra la iniciación sexual de dos adolescentes.

Entre los autores de obras eróticas, Georges Bataille se destaca como el más transgresor y profundamente subversivo. Siempre coloca las situaciones en el límite de lo posible, permitiendo al lector vislumbrar el vértigo estremecedor que el desorden del exceso extremo le depara. Además, revela las razones profundas que nos impulsan a amar y odiar a la vez este delirio.

La madre creada por Bataille puede parecer la encarnación misma del Mal, un Mal que, al ser todopoderoso, convierte a quien lo encarna en un dios. Sin embargo, Bataille nos convence de que es posible amar el mal, aquel que nos acerca a Dios, a pesar de todo y de nosotros mismos.

El joven Pierre se desliza entre la angustia y el placer sin límites, adentrándose en el abismo al que su madre lo arrastra. A su alrededor, se encuentran sus hermosas y diabólicas amigas Rea, Hansi y Lulú, quienes contribuyen a su perdición.

Georges Bataille falleció en 1962, a los 65 años, dejando un legado literario que sigue desafiando las convenciones y explorando los límites de la erótica occidental.

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