Jean Meslier (15 de enero de 1664, Mazerny, Ardenas, Francia / 17 de junio de 1729, Étrépigny, Ardenas, Francia) fue un sacerdote católico discreto durante todo su ministerio en Etrépigny, un pequeño pueblo en las Ardenas. Sin embargo, tras su muerte, se descubrió un secreto impactante: Meslier era el autor de numerosos ensayos filosóficos que defendían el ateísmo.

A lo largo de su vida, Meslier se desempeñó como cura de Etrépigny y mantuvo un perfil bajo en su comunidad. Solo tuvo un altercado con el señor del pueblo, lo cual contrastaba con su aparente discreción.

Tras su fallecimiento, su legado filosófico salió a la luz y dejó perplejos a quienes conocían a Meslier como un hombre de fe. Sus ensayos cuestionaban la existencia de Dios y criticaban duramente la religión, lo que lo convertía en uno de los primeros defensores del ateísmo en la época.

El descubrimiento de las obras de Meslier generó un impacto significativo en la sociedad de la época y en la comprensión de la religión. Sus ideas desafiaron los cimientos de la fe católica y abrieron un debate sobre la existencia de Dios y la importancia de la religión en la vida humana.

A pesar de que Meslier mantuvo en secreto sus pensamientos durante su vida, su legado filosófico trascendió su tiempo y dejó una marca en la historia del pensamiento ateo. Su obra continúa siendo estudiada y debatida hasta el día de hoy, y su influencia perdura en la lucha por la libertad de pensamiento y la separación entre la iglesia y el estado.

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