La intervención del oncólogo es de gran importancia cuando un enfermo oncológico acude a urgencias. Es común que presente un problema relacionado con la localización anatómica del tumor, un efecto secundario del tratamiento antitumoral o un cuadro paraneoplásico, más que una patología no relacionada con su enfermedad de base. Adaptar las medidas diagnósticas y terapéuticas al pronóstico oncológico es fundamental en estos casos.

Es esencial evitar sobreactuaciones innecesarias, pero también es importante asegurarse de que los pacientes en tratamiento activo reciban todas las medidas terapéuticas necesarias. Encontrar este equilibrio puede ser complicado, pero es una habilidad que se va desarrollando con la práctica diaria y el estudio continuo.

Para facilitar esta tarea, se han recopilado una serie de recomendaciones prácticas en un manual específico para el tratamiento de las principales urgencias oncológicas.

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