LOS PROVERBIOS Y CANTARES DE ANTONIO MACHADO
Son muchos los que han notado que el libro de Emilio no es uno, sino varios. En él se encuentran textos y temas que se entrelazan de manera condensada. Pareciera que Emilio tenía la intuición de que su tiempo de vida no sería suficiente para abarcarlos a todos. Su negativa a renunciar a lo que había aprendido de Antonio Machado lo llevó a esa angustiosa concentración de su Machado total. Es quizás por eso que Pedro Cerezo ha calificado su obra como una excelente pieza de orfebrería. Yo interpretaría esto como un deseo de minuciosidad, donde nada de lo relacionado con Machado es considerado superfluo. Para Emilio, cada detalle en los textos de Machado tenía significado.
Y en esto, no debemos olvidar las relaciones especiales entre lector y autor, porque Emilio no solo «leía» a Antonio Machado, sino que también «creía» en él. Machado fue su gran descubrimiento desde su juventud temprana. Desde muy temprano, Machado fue para Emilio luz y anhelo de camino. La doble luz del sevillano lo convertía en un sujeto activo y determinante. Esta fue la forma en la que Emilio se convirtió en «lector» de Antonio Machado, en el sentido gótico-hermenéutico del término.
Este fue el Machado vivo y presente en la vida de Emilio.
Reviews
There are no reviews yet.