A pesar de sus pequeñas dimensiones, La Rioja destaca por su diversidad. Esta tierra fronteriza, de transición, está delimitada por Castilla, Navarra, País Vasco y Aragón, quienes históricamente han dejado su huella en cada zona, y a su vez han recibido influencias de La Rioja. No en vano, San Millán es la cuna del castellano, pero también el lugar donde el euskera dejó su primera manifestación escrita.

El norte de La Rioja es bañado por el plácido río Ebro, mientras que el sur está abrazado por el Sistema Ibérico, atravesado por los impetuosos ríos serranos. A lo largo del Camino de Santiago, se encuentran valiosas muestras artísticas, y la naturaleza salvaje ofrece paisajes de gran atractivo.

La arquitectura popular rivaliza en belleza con las majestuosas casonas. Además, la presencia de cigüeñas y las huellas de dinosaurios añaden un encanto especial a los pueblos de la región, completando un panorama que sin duda satisfará al viajero curioso y entretenido.

A todo esto se suma una excepcional cocina y uno de los mejores vinos del mundo, que hacen de La Rioja un destino irresistible.

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