Jan se siente confundido. No logra comprender por qué ahora son cinco en casa. Los abuelos Joan y Caterina han abandonado Vilaverd para vivir con ellos en el piso del barrio de Sant Antoni, en Barcelona. Esta nueva situación le genera incertidumbre y cierta incomodidad.

La presencia de los abuelos ha alterado la dinámica familiar. Aunque Jan aprecia a sus abuelos, le resulta difícil adaptarse a este cambio inesperado. La casa se siente más llena y bulliciosa, y las rutinas cotidianas se ven afectadas.

Jan se pregunta si podrá encontrar un espacio para sí mismo en medio de esta nueva configuración familiar. La incertidumbre y la ansiedad lo invaden, y siente la necesidad de reflexionar sobre cómo manejar esta situación inesperada.

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