Situado en el sur de España durante el siglo XIX, este drama presenta el entrelazamiento y la contraposición de la propiedad, la justicia y la supervivencia. Describe la dura y rústica vida campesina, con sus deudas y el sentido del bien común, junto con las decisiones personales y familiares que desencadenan el hostigamiento del eslabón más débil.

El tío Barret ha perdido la oportunidad de trabajar la huerta que ha sido cultivada por generaciones de su familia. En un acto de solidaridad, los vecinos intentan evitar que el terrateniente se beneficie de la parcela y deciden no permitir que sea labrada.

Sin embargo, la necesidad de Batiste y Teresa, padres de cinco hijos, los lleva a enfrentarse a toda la aldea liderada por Pepeta y Pimentó. La familia campesina es acusada de ir en contra del colectivo por aceptar las inhumanas condiciones impuestas por el propietario: se les otorgan dos años de gracia para pagar la deuda del terreno donde se encuentra la huerta.

Esta obra invita a reflexionar sobre las diferentes perspectivas humanas ante la necesidad, el abuso y los conflictos, donde la muerte se convierte en la única ganadora.

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