La araña Pilar se encuentra con Antoñita, una mariquita que está atrapada en una telaraña. Pilar, que tiene hambre, se acerca a Antoñita con intenciones de comérsela.

Pero Antoñita, valiente y astuta, le pide a Pilar que sean amigas en lugar de enemigas. La mariquita explica que no hay necesidad de pelearse y que podrían ayudarse mutuamente.

Aunque Pilar está sorprendida por la propuesta de Antoñita, decide darle una oportunidad. La araña se da cuenta de que no todos los encuentros tienen que terminar en violencia y que la amistad puede ser una opción mucho mejor.

Antoñita, aliviada de no convertirse en la cena de Pilar, le explica que las mariquitas son expertas en encontrar insectos pequeños y sabrosos para comer. Además, la mariquita le ofrece su ayuda para tejer una nueva telaraña más fuerte y resistente.

Las dos insectas trabajan juntas durante horas, compartiendo historias y risas. Pilar se da cuenta de que Antoñita es una compañera leal y valiosa. Juntas, crean una telaraña increíblemente fuerte que les proporcionará alimento y protección.

Con el tiempo, Pilar y Antoñita se convierten en las mejores amigas. Cada vez que un nuevo insecto queda atrapado en su telaraña, las dos se deleitan con su deliciosa cena compartida.

La historia de Pilar y Antoñita se convierte en un ejemplo de cómo la amistad puede superar las diferencias y cómo trabajar juntos puede llevar a grandes logros. Desde aquel día, la araña y la mariquita viven en armonía, protegiéndose mutuamente y disfrutando de la compañía del otro.

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