Una investigación profunda sobre la inmigración peninsular a Mallorca fue llevada a cabo por la autora del libro, motivada en gran parte por las conexiones familiares que muchos isleños tienen en la península ibérica. Este estudio nos permite conocer nuestro pasado y parte de nuestras raíces.

En los primeros años del siglo XX, Mallorca era conocida por ser un lugar de emigración, pero a mediados de siglo se convirtió en un punto de atracción tanto para los peninsulares como para el resto de los isleños.

El libro que se encuentra entre tus manos analiza la llegada de estos peninsulares, así como de los habitantes de Ibiza, Menorca y Formentera, entre 1930 y 1973, específicamente en la región del Raiguer. Se centra especialmente en los pueblos de Alaró, Binissalem, Consell y Lloseta, abordando diversos aspectos como los sociales, económicos, políticos, lingüísticos y culturales, todo ello con la ayuda de fuentes orales y archivos históricos.

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