La influencia de las tecnologías de la información y la comunicación en la estructura tributaria es evidente en múltiples aspectos. Dos de los más relevantes son la fiscalidad en el ámbito del comercio electrónico y la gestión tributaria electrónica.

En lo que respecta al comercio electrónico, se ha convertido en un desafío para los sistemas tributarios debido a su naturaleza transfronteriza y a la necesidad de establecer mecanismos para gravar estas operaciones de forma justa y eficiente. La digitalización de las transacciones comerciales ha planteado nuevas preguntas sobre cómo aplicar impuestos a las ventas en un entorno virtual.

Por otro lado, la administración tributaria electrónica ha revolucionado la forma en que los contribuyentes interactúan con las autoridades fiscales. Gracias a los avances tecnológicos, se ha simplificado el proceso de presentación de declaraciones, pagos de impuestos y comunicación con la administración tributaria, lo que ha mejorado la eficiencia y la transparencia en la gestión fiscal.

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