Como de costumbre, Rosa enciende su emisora de radioaficionado, preparándose para otra noche tranquila. Sin embargo, algo insólito sucede y descubre, con asombro, que al otro lado de la emisora se encuentran los alienígenas.

Las comunicaciones con estos seres se mantienen en el tiempo, y Rosa se sumerge en un mundo completamente nuevo. Su óptica sobre su propia realidad cambia, y comienza a interesarse por los enigmas de la humanidad, los cuales aborda en sus reiteradas comunicaciones con los extraterrestres.

Al mismo tiempo, a través del relato de un amigo de su difunto esposo, quien ha sido testigo en primera persona de visitas extraterrestres a la Tierra, Rosa toma conciencia del intrigante y enigmático mundo ovni.

Entre enigma y enigma, hay espacio para las emociones fuertes, el amor, el desamor y las historias personales más rocambolescas. La historia se desarrolla con cada comunicación con los alienígenas, revelando capas de misterio y emoción.

El lector tiene en sus manos una historia de ficción, a través de la cual la autora busca transmitir que la espiritualidad es el espejo en el que la humanidad debe reflejarse. La esperanza siempre está presente, esperando a que le otorguemos un rostro para hacerse presente, y en nuestro universo infinito, cualquier hipótesis tiene una realidad donde encajar.

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