En una mañana gris, Grisela se sentía tan melancólica como su piel gris. Se detuvo un momento y reflexionó: «Tengo que cambiar algo». Decidió agarrar un tarro de pintura roja y murmuró para sí misma: -Si me pinto de un color alegre, seguramente mi ánimo mejorará…

Grisela es una historia contemporánea que resalta la importancia de la autenticidad, aceptando tanto las virtudes como los defectos de cada ser. Al sentirse incómoda con su apariencia, la protagonista, una pequeña ratoncita, experimentó pintándose con varios colores: rojo, verde, amarillo, rayas, flores, pero ninguno logró hacerla sentirse mejor. La causa de su rechazo y la exacerbación de su tristeza provenían de las burlas de los demás animales del bosque.

Fue entonces, en un giro inesperado, que un incidente la llevó a sumergirse en el agua, provocando así un cambio inesperado…

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