Seguramente para ti no hay un antes y un después de Internet. Cuando naciste, todo ya estaba conectado y te debe parecer imposible que el mundo pueda funcionar de otra manera. Sin embargo, Internet ha cambiado, y sigue cambiando, muchas cosas en el mundo, incluido el periodismo. A través de Internet han aparecido gigantes invisibles como Google o Facebook. No son empresas de periodismo, pero han transformado nuestra forma de acceder a la información. En las redes sociales, las noticias parecen supersónicas y las visualizaciones, los «me gusta» y los «compartir» se cuentan por millones. Con los rumores, los chismes y las mentiras pasa lo mismo. Nos hemos acostumbrado a recibir la información y la desinformación que la acompaña mediante algoritmos secretos, a tener costumbres en mundos virtuales y a comunicarnos con abreviaturas y emojis. Vivimos en una gigantesca burbuja de likes y «compartir». ¿Estamos seguros de conocer las reglas del juego? ¿Qué impacto tiene todo esto en nuestra relación con el mundo y en las decisiones que tomamos? Este libro piensa que hacerse preguntas es muy importante, y que no todas las respuestas están en Google. Para todo tipo de lectores.

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