El cirujano francés Guérin, en su obra de cirugía operatoria, logró condensar en pocas palabras lo más interesante de esta disciplina. En lugar de realizar extensas descripciones anatómicas en sus manuales, comprendió que esto podía confundir al lector y optó por incluir 320 grabados xilográficos en su tercera edición de 1878.

Estos grabados, dibujados y grabados por Leveillé y Radoureau, muestran las principales regiones del cuerpo humano y los momentos más críticos de las operaciones. Estas ilustraciones enriquecen de manera significativa el método didáctico de la obra.

Además de los grabados, Guérin también expone los métodos y procedimientos más populares en cada intervención. Finalmente, brinda una apreciación en la que aconseja el procedimiento más ventajoso o práctico según el caso.

Estas características hicieron que este manual fuera considerado el mejor de su clase en el momento de su publicación en 1855. Su principal objetivo era llegar a médicos y estudiantes tanto dentro como fuera de Francia.

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