La visita a Alcalá de Henares se justifica por el magnífico ejemplo de la escultura renacentista que es el sepulcro del Cardenal Cisneros. En su época, fue alabado por su calidad artística, comparable al sepulcro de los Reyes Católicos, y hoy en día se considera una obra fundamental para apreciar la influencia italiana en el arte español del siglo XVI.

Cisneros, como fundador de la Universidad de Alcalá, expresó su deseo de ser enterrado en la Capilla de San Ildefonso. Este deseo llevó al encargo de una fastuosa tumba en la que participaron algunos de los mejores artistas de la época.

Con el objetivo de honrar sus principales virtudes y hazañas, se diseñó un programa iconográfico estudiado que se plasmó a través de una escultura clasicista de gran maestría y elegancia, en la que se pueden encontrar referencias a la obra de Miguel Ángel.

A lo largo de los siglos XIX y XX, el monumento sufrió desmontajes, traslados, destrucciones parciales y restauraciones sucesivas, lo que le ha conferido una historia absolutamente fascinante y ha hecho que su conservación sea realmente un milagro.

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