El siglo XXI: Un mundo multipolar en evolución

El siglo XX no culminó en el año 1999, sino que su fin se vislumbró mucho antes, en 1991, con eventos como la guerra de Kuwait y la disolución de la Unión Soviética. En aquel entonces, se auguraba que el siglo entrante, el XXI, sería conocido como el siglo americano. Se creía que la superpotencia estadounidense impondría su hegemonía a nivel global, proyectando un mundo unipolar.

Sin embargo, el plan hegemónico de Estados Unidos se vio truncado entre los años 1997 y 2003. La crisis financiera internacional de 1997-1998 abrió paso a nuevas estrategias económicas, Rusia cambió su curso, naciones latinoamericanas rompieron con el modelo estadounidense, y China emergió como un pilar de estabilidad en el extremo oriente.

Los intentos de restaurar su dominio a través de la fuerza llevaron a Estados Unidos a enredarse en conflictos en Afganistán e Iraq, resultando en desastres militares y políticos. La percepción de ser víctimas del terrorismo tras el 11 de septiembre se vio empañada por su implicación en Guantánamo y Abu Ghraib.

Así, el siglo XXI se vislumbra como una era de multipolaridad, donde la soberanía nacional vuelve a ser un concepto crucial en el pensamiento político. A pesar de ello, las élites políticas europeas, aparentemente rezagadas, aún no han asimilado completamente este cambio, manteniendo una perspectiva política obsoleta al observar el mundo.

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