En los evangelios, las parábolas se presentan con un lenguaje antiguo y olvidado, como una forma de significado ancestral volcada en narrativas simbólicas. En tiempos pasados, este lenguaje era claro y comprensible para muchos. Sin embargo, en la actualidad, el arte de interpretar las parábolas, las alegorías y los milagros se ha desvanecido.

A pesar de ello, aún existen fuentes de sabiduría que nos permiten vislumbrar parte de este antiguo significado perdido. Las parábolas funcionan como puentes que conectan distintos niveles de comprensión, enlazando lo literal con lo psicológico, con el propósito de unir entendimientos superiores e inferiores.

En un tiempo lejano, se manejaba un lenguaje preciso que permitía esta dualidad de interpretación, donde ciertas palabras y términos tenían un significado profundo y bien entendido. A través de este antiguo lenguaje, se establecía una conexión entre los planos superiores e inferiores, sirviendo de nexo entre las facetas más elevadas y más mundanas del ser humano.

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