Ren ha aprendido a robar muy bien, a pesar de haber perdido una mano en un accidente del que no puede recordar nada. Vive en un sombrío orfanato desde hace mucho tiempo, donde los chicos son seleccionados para diferentes propósitos, desde ser adoptados hasta convertirse en mano de obra barata, o en situaciones más siniestras.

En el caso de Ren, su situación es particular, siendo demasiado mayor para ser adoptado como hijo, muy joven para ser un trabajador y además, manco. Sin embargo, un día aparece Benjamin Nab, quien afirma ser su hermano mayor y logra convencer a los curas para llevárselo consigo.

Ren pronto descubrirá que su inteligencia y discapacidad le convierten en una valiosa propiedad para Benjamin, un estafador que ve en él la capacidad de distraer a sus futuras víctimas. «Si disfrutaste del humor de Dickens, te atrae la iconografía de Tim Burton y te fascina el oscuro encanto gótico, pasarás unas horas maravillosas siguiendo las aventuras de El buen ladrón. Tan macabro como tierno y divertido», según Sonia Rueda de 20 minutos.

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