La obra de Emmanuel Levinas está atravesada por conceptos esenciales como la muerte y el tiempo, temas que adquieren una precisión única en esta obra. A través de un diálogo riguroso con dos importantes contemporáneos, Heidegger y Bloch, así como con algunos pensadores de la tradición como Aristóteles, Hegel y Kant, Levinas desarrolla una poderosa reflexión que busca aclarar las estrechas relaciones entre la muerte y el tiempo.

Al mismo tiempo, retoma su larga reflexión sobre la palabra Dios, pero con una inversión de los términos del diagnóstico heideggeriano. Mientras la filosofía ha confundido, desde sus inicios, a Dios con el ser, la tarea del pensamiento consiste en liberar a Dios del dominio ontoteológico en el que la metafísica lo ha sumergido. Algunos textos también abordan otras nociones fundamentales en la obra del filósofo, como la responsabilidad, el Prójimo, la paciencia, el Decir, la trascendencia y el testimonio.

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