El nacimiento de un «diccionario taxonómico» sobre política e intervención social tuvo lugar a finales de los años 80 del siglo pasado en España. En aquel entonces, se estaba estableciendo el Sistema de Protección Social, en particular, el Sistema Público de Servicios Sociales. Este periodo se caracterizó por un intenso deseo de aprender y conocer: se celebraban congresos, jornadas, seminarios, cursos, mesas redondas, ciclos de conferencias, talleres y otros encuentros profesionales para intercambiar experiencias, debatir, plantear dificultades y soluciones.

Fue en este ambiente de eventos dinámicos, encuentros y debates donde se comenzó a notar una clara falta de consenso conceptual. Surgió una dificultad especial para trasladar el discurso teórico y técnico de un ámbito a otro, de un profesional a otro. Esta disparidad no solo se evidenciaba en el análisis y la intervención social comunitaria, sino también en la prevención y atención de grupos específicos como la Infancia y la Adolescencia.

Hablar el mismo lenguaje técnico, comprender a fondo las distintas connotaciones de los conceptos es una necesidad evidente. El consenso conceptual adquiere una importancia crucial: no deberíamos denominar con un mismo término a fenómenos distintos, ni llamar de diferentes maneras a un mismo fenómeno.

De esta manera, el Diccionario de Política e Intervención Social sobre Infancia y Adolescencia recopila en una sola obra definiciones de más de 180 conceptos utilizados con frecuencia por juristas, psicólogos, trabajadores sociales, educadores, jueces, fiscales y, en general, por todos los profesionales que trabajan con la infancia y la adolescencia.

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