La Dermatología en Pediatría Ambulatoria es una obra que busca brindar una herramienta útil en la consulta ambulatoria, con el objetivo de mejorar la destreza diagnóstica frente al paciente, proporcionar el tratamiento adecuado y reconocer el momento preciso de derivar al dermatólogo pediatra.

Organizada en cuatro secciones y un anexo, esta obra se divide en: Dermatosis neonatales, Dermatosis del niño, Dermatosis del adolescente y Estudios diagnósticos y prácticas complementarias. Cada sección está estructurada de manera funcional para facilitar la búsqueda temática.

La obra incluye una selección de los temas más frecuentes y útiles para sus destinatarios. Su enfoque principal es la practicidad, utilizando la imagen como una herramienta fundamental para transmitir conocimientos en dermatología. Cada tema se presenta con una definición y etiología, manifestaciones clínicas, diagnóstico, diagnósticos diferenciales y tratamiento.

El anexo de esta obra aborda el uso de fotoprotectores y repelentes en pediatría, así como las fórmulas de las prescripciones magistrales más utilizadas, junto con sus indicaciones.

La Dermatología Pediátrica es una especialidad con una gran demanda, ya que las afecciones cutáneas representan cerca del 30% de los motivos de consulta en los servicios de pediatría ambulatoria. Esta especialidad abarca áreas de dos grandes pilares de la medicina: la pediatría y la dermatología, y se integra principalmente en la labor del pediatra.

La obra Dermatología en Pediatría Ambulatoria está inspirada en la interacción cotidiana entre el especialista en dermatología y el pediatra. Su propósito es generar un punto de encuentro y establecer puentes entre ambas especialidades. El diálogo y la búsqueda de consensos son valiosos aportes para el campo de acción del pediatra en el siglo XXI. Cualquier especialidad orientada a la atención del niño y del adolescente cobra verdadero sentido cuando se basa en la clínica pediátrica, y sin duda, el paciente es el escenario de este encuentro.

En la mayoría de los casos, la interconsulta con dermatología pediátrica permite resolver rápidamente la afección. En raras ocasiones, el seguimiento requerirá un grupo interdisciplinario de especialistas. En estos casos, el pediatra debe desempeñar un papel clínico importante, trabajando en conjunto con el equipo, el niño y su familia.

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