La palabra «viaje» evoca desde tiempos remotos una sensación de aventura y peligro, acompañada de un aire caprichoso de incertidumbre. Cuando emprendemos un viaje, no solo buscamos la distancia, sino también escapar de nuestra propia realidad, del mundo rutinario y metódico, para sumergirnos en la experiencia de no estar en casa y, precisamente por eso, de no ser nosotros mismos.

Deseamos romper con la monotonía de la vida cotidiana a través de vivencias extraordinarias. El viaje es un derroche, una rendición del orden a la casualidad y de lo habitual a lo excepcional.

VER PRECIO EN AMAZON