A Erea no le gusta levantarse por las mañanas para ir al colegio, pero su mamá ha descubierto una forma ingeniosa de motivarla. En lugar de obligarla a levantarse temprano, le cuenta a dónde va su gato todos los días.

Resulta que el gato de la familia, llamado Mochi, tiene una rutina muy interesante. Según su mamá, Mochi visita diferentes lugares cada día y aprende cosas nuevas. A veces va al parque y juega con otros gatos, otras veces visita la biblioteca y se acurruca en los estantes llenos de libros.

Esta historia fascina a Erea. Se imagina a su gato explorando el mundo y descubriendo cosas emocionantes. De repente, madrugar para ir al colegio ya no le da pereza, porque quiere aprender cosas nuevas como Mochi.

Cada mañana, mientras se prepara para el colegio, Erea piensa en las aventuras de Mochi. Se levanta con energía, desayuna rápidamente y se asegura de llevar todos sus libros y cuadernos. Está lista para enfrentar el día y descubrir cosas nuevas, al igual que su gato.

Aunque aún le cuesta levantarse temprano, el pensamiento de seguir los pasos de Mochi la motiva. Imagina que cada día es una nueva oportunidad de aprendizaje y crecimiento. Y gracias a su mamá y a la historia de su gato, la rutina matutina ya no es tan aburrida.

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