En el invierno de 2018, desde su refugio en Valsaín, Javier Reverte se sumergió en un nuevo proyecto literario. Después de la publicación de la última entrega de la «trilogía de la guerra civil», el autor se encontraba ordenando las historias acumuladas de aquella dramática época de nuestra historia.

En el prólogo de su nuevo trabajo, Reverte compartió sus reflexiones: «Siempre pensé que la medida de un relato breve no casaba con mi forma de narrar y, sin embargo…». Reveló que varios de los cuentos incluidos en esta obra tienen su origen en historias personales acontecidas durante el conflicto, transmitidas por sus mayores o amigos. Una parte significativa de las historias se desarrolla en Madrid y en los frentes madrileños de la contienda. Otros cuentos surgieron de relatos más extensos o de su propia imaginación.

El autor describió el proceso de mezclar todas estas fuentes como un empeño literario fascinante, sintiéndose al narrar como si cabalgara en la estela de algunos de los escritores que más admira. Sin embargo, aclaró que estas historias no son de buenos y malos, sino de víctimas de una catástrofe histórica que arrastró a todo un pueblo a una de las más crueles matanzas del siglo XX.

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