El odio religioso ha dejado una marca en la historia de los judíos, como se sabe, con frecuentes fricciones con los poderes fácticos. Los discursos inflamados de odio con los que se alimentaron las masas populares no ayudaron mucho a la estabilidad social, y los asaltos masivos a las juderías obligaron a los judíos a convertirse al cristianismo. La llegada de los inquisidores volvió a poner el foco sobre los conversos y se encargaron, trágicamente, de evitar su integración.

Conversos valencianos e Inquisición se centra en los juicios de los años 1481-1521 contra valencianos en los cuales, además del desarrollo de los procesos, se observan rastros que nos introducen en el día a día de las familias. Se detectan muestras de religiosidad, pero también de amor, de amistad, de miedo… Y también de rabia y de traiciones. A través de la documentación, comprobamos que muchos de aquellos conversos valencianos trabajaban, amaban, odiaban, se insultaban y se querían en valenciano; en la lengua, en definitiva, que les era propia.

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