Roberto llegó a la ciudad como un extraño, y desde entonces la vida de Diego se está desmoronando como piezas de dominó. Irene ya no quiere estar con él, la relación entre sus padres está en crisis, y el fútbol ha quedado en segundo plano. ¡Todo está saliendo mal! Y lo peor es que cuanto más intenta arreglar la situación, más empeora. Diego tendrá que enfrentarse a un enigma juvenil extremadamente complicado para poder encontrar la respuesta correcta… ¿Son realmente dos más dos cuatro?

En la vida, dos más dos no siempre son cuatro. Es una metáfora de los desafíos impredecibles que podemos encontrar en nuestro camino. Cada situación puede ser un rompecabezas difícil de resolver, que requiere paciencia, reflexión y determinación para superarlo. La vida de Diego es un reflejo de esta complejidad, donde cada decisión parece llevarlo más lejos del equilibrio. A veces, es necesario enfrentarse a los problemas de frente y buscar soluciones creativas para encontrar la verdadera armonía en medio del caos.

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