En este segundo y último volumen, se ha seguido el mismo plan que en el primero. Se han incluido miles de ilustraciones que acompañan a una clave propia, sencilla y dicotómica, que facilita la clasificación.

A diferencia del volumen anterior, los caracteres utilizados en la clave no son aquellos que más llaman la atención al estudiar cada planta. En ocasiones, se han preferido detalles menos importantes en las claves, aunque sean menos determinantes o más variables, como una aportación adicional a las ilustraciones y al resto de la clave.

En el caso de ciertas familias como gramíneas, juncáceas o ciperáceas, que tienen flores sin pétalos o poco visibles, se han incluido pocas fotografías. Se da preferencia a los dibujos que resaltan los detalles necesarios para la identificación.

Algunas familias y géneros han sufrido cambios en su denominación o se han incluido en otras, pero si estos cambios suponen dificultades didácticas o entorpecen la clasificación para el principiante, se ha preferido mantener la estructura clásica o anteriormente admitida. En esos casos, se indica en un paréntesis las nuevas denominaciones o inclusiones para no perder información.

En este libro, se utilizan las palabras o terminaciones españolas para preservar los nombres clásicos de las familias. Muchos botánicos actuales están sustituyendo estos nombres por el latín en exclusiva, como si el nombre vulgar no existiera o pareciera más sabio. Por ejemplo, Pomácea en vez de gramíneas.

Se ha añadido un pequeño apéndice con algunos árboles y arbustos foráneos, cada vez más comunes en nuestras ciudades y zonas de repoblación. Las fotografías incluidas en el apéndice muestran partes tan características de las plantas que el lector puede identificar fácilmente la especie en cuestión.

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