Desde mediados de la década de 1940, el panorama de las artes visuales experimenta una transformación radical. El legado de París y las antiguas vanguardias queda en el pasado, dejando espacio a un nuevo periodo en el cual Estados Unidos y América Latina comienzan a adquirir un auge inimaginable hasta entonces. Es así como se abre una nueva forma de aproximarse al arte, con nuevos protagonistas y nuevos guiones, lo cual cambia por completo el panorama de las artes visuales y la manera de narrarlas.

Este libro se acerca a esos nuevos relatos, haciendo especial énfasis en cuestiones fundamentales para el cambio de paradigma que se produce en el arte a partir de la segunda mitad del siglo XX. Desde la cuestionamiento de aspectos básicos como la unicidad y la originalidad, hasta la mayor visibilidad de las mujeres artistas o la importancia de la teoría en la producción y lectura de las obras. También se aborda la aparición de nuevos espacios de exhibición y la irrupción de otros países fuera del ámbito de poder tradicional.

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