El extremo sur de la península ibérica, específicamente el Campo de Gibraltar y las sierras del Parque Natural de Grazalema, han revelado ser un lugar crucial para comprender los estilos de vida de los grupos humanos prehistóricos. Los numerosos sitios arqueológicos encontrados están arrojando luz sobre algunas de las discusiones científicas más reveladoras en la arqueología prehistórica, tanto a nivel nacional como internacional. Sin embargo, su importancia no se limita solo a su contexto material, sino que reside, sobre todo, en un complejo horizonte gráfico-artístico.

En la provincia de Cádiz, se conocen más de 400 cuevas con manifestaciones gráficas, la mayoría de ellas realizadas en momentos «avanzados» de la prehistoria por comunidades neolíticas que se dedicaban a la ganadería y a la recolección. Solo unas pocas cuevas cuentan con representaciones paleolíticas realizadas por poblaciones de cazadores-recolectores-pescadores. Este hecho demuestra la excepcionalidad de este arte arcaico y nos habla de los inicios de nuestra especie en constante contacto con el simbolismo.

Este libro tiene como objetivo responder a cuatro grandes interrogantes que todos nos planteamos al encontrarnos frente a un panel decorado: ¿dónde pintaban o grababan?, ¿qué técnicas utilizaban?, ¿cuál es su significado?, y ¿cuán antiguos son estos motivos? Para ello, recorre más de cien años de esfuerzo arqueológico y estudio del arte paleolítico en Cádiz. Temas actuales como las manos aerografiadas, las composiciones animales o la posible autoría neandertal han sido abordados a través de un exhaustivo trabajo de campo respaldado por nuevas técnicas fotográficas que hacen visible al ojo lo que hasta ahora había pasado desapercibido. El lector se encuentra frente a un enigmático universo ideográfico que está en peligro de desaparecer, y solo a través de la investigación y la divulgación se muestra como caminos efectivos de protección.

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