Esta es la historia del deseo: el deseo por un hombre, el deseo por una mujer, el deseo por una ciudad, el deseo nostálgico por revivir el pasado, el deseo de jugar, de poseer, de pertenecer, de aprender, de comprometerse…

Es el deseo que nos consume, que nos impulsa a buscar más, a arriesgarlo todo por aquello que anhelamos. Es el deseo que nos hace sentir vivos, que nos llena de pasión y nos motiva a seguir adelante.

Es un deseo loco, desenfrenado, que nos hace lanzar la vida como si lanzáramos los dados. Nos atrevemos a apostar, a tomar decisiones sin pensar en las consecuencias, porque sabemos que solo así podremos alcanzar aquello que tanto deseamos.

Este deseo nos lleva por caminos desconocidos, nos hace enfrentar nuestros miedos y superar obstáculos. Nos impulsa a salir de nuestra zona de confort y adentrarnos en lo desconocido.

Es un deseo que nos hace sentir vulnerables, pero a la vez nos da la fuerza para seguir adelante. Nos hace luchar por nuestros sueños, perseguir nuestras metas y no rendirnos ante las adversidades.

Es el deseo que nos conecta con nuestra esencia, que nos muestra quienes somos realmente. Nos hace descubrir nuestras pasiones, nuestros talentos y nos impulsa a vivir una vida plena y auténtica.

Así que no tengas miedo de desear, de lanzar la vida como si lanzáramos los dados. Porque solo a través del deseo, podemos encontrar el verdadero sentido de nuestras vidas.

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