Un libro que nos ofrece un texto honesto, limpio, ameno, emocionante, desgarrador, reconfortante y cálido. Una obra que nos invita a entender lo complicada que puede llegar a ser la existencia y cómo el amor, repartido en dosis cotidianas, allana el camino hacia la felicidad. Así lo describe Pedro Zuazua en El País.

Esta novela nos sumerge en la historia de Pepe, un joven asturiano aficionado al dibujo, quien decide abandonar la España de la posguerra y emigrar a Cuba en busca de una mejor fortuna. En su viaje, se encuentra con Inés, una joven maestra cubana hija de emigrantes asturianos. Su encuentro casual al pie de la escalinata del Centro Asturiano de La Habana, al salir de un recital, marcará el inicio de un destino compartido para siempre.

La autora, Inés M. Llanos, nos narra la historia de estas dos generaciones de emigrantes, quienes arriesgaron todo en busca de un futuro más próspero. A veces ganaron, otras perdieron, pero siempre enfrentaron los golpes de la vida con la filosofía del trabajo y la lucha. El amor a la familia se convirtió en su escudo y refugio ante la adversidad.

Con un estilo emotivo y detallista, la autora recoge historias de sus antepasados para iluminar el viaje de sacrificio y amor de sus padres, desde la Habana revolucionaria hasta Madrid, pasando por Asturias, la tierra de sus ancestros. Este relato es un sincero homenaje a la memoria de aquellos héroes cotidianos que construyeron su legado a través del sacrificio y la valentía.

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